Y
de repente, tomó mi mano y me dirigió hacia la puerta.
Me
mostró la salida y me susurró al oído:
“Afuera
esta frío, y tu camino es largo si quieres alejarte de mí. Pero, ¿realmente quieres alejarte?”.
No
puedo parar esto. No voy a parar esto.- respondí.
Te
amo y no puedo evitarlo- lo abracé y nos besamos-.
De
repente, todo se estaba haciendo más cálido. Su corazón latía sobre mi pecho como
fuegos artificiales, y yo amé de la misma manera en la que siempre lo
hice. Yo amé. Volví a amar.
Ramiro.
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