Hace unos días atrás leí un artículo que decía que uno cierra los ojos en los lugares donde se siente seguro. Donde sabe que está a salvo. Donde encuentra la calidez del hogar. Donde nada puede preocupar.
Y se deja llevar, por el placer, por todo lo que ama, por esos sentimientos encontrados a las dos de la madrugada. Por los besos, los abrazos, los "te amo" y los "te extraño".
Esa fue la sensación que tuve anoche cuando cerré los ojos por completo sintiendo que estaba en mi lugar seguro de mi vida en este momento, y ese lugar seguro eran tus brazos.
A veces siento que tengo una guerra en mi mente, quiero alejarme por completo pero cualquier camino me lleva a querer amarte. Y aunque lo piense dos veces, lo hago, me dirijo a vos, dentro del océano.
Es inmensa la conexión que siento en estos momentos, como siento que las palmas de nuestras manos están creadas para hacer fricción y estar juntas. Y a veces me pregunto si no somos tan sólo cuerpos destinados a amarse, a dejarse enredad por las ocurrencias de nuestras almas. Pero luego llegas y no hay nada que pueda pensar, el color cafe de tus ojos me dice que no hay opción.
A veces siento que tengo una guerra en mi mente, quiero alejarme por completo pero cualquier camino me lleva a querer besarte. Y aunque tome las llaves para escapar, me dirijo a vos, dentro del océano. Te tomo de tus manos y escapamos juntos.
Luego llega la mañana y despierto sin tenerte a mi lado pero sabiendo que estuviste ahí toda la noche, cuidándome de cualquier cosa horrible que podría llegar a pasarme -o que mi cabeza podría llegar a pensar que iba a pasar-
Mi amor, acuéstate en mi pecho, porque esta es la manera que conseguí para que puedas escuchar mi pequeño corazón bailando. Y te veo en cualquier rayo de luz, en cualquier sonrisa de extraños, y siento que ningún extraño tiene tu sonrisa. Y nunca la van a tener.
Hey, ¿qué pensas acerca de todas estas caídas, después de decirnos que no deberíamos arriesgarnos? Quedate, acuéstaste y quédate. Porque encontré una manera para que siempre nos quedemos, ser nuestros propios pequeños corazones bailando. Y aunque el mañana no lo conozcamos, me arriesgo a soñar que vas a estar.
Los ojos se cierran porque me siento seguro. Mis labios quieren besarte y sacarte un par de "te amo". Y espero que te quedes en casa, porque pongo en la radio nuestra canción favorita, y todo me recuerda que nada pareció tan perfecto y real como este pequeño rayo de luz que me hace pensar a vos. Como aquella sonrisa de algún extraño, como mi pequeño corazón bailando a las 16:00hs de todos los días sabiendo que a las 17:00hs te voy a tener.
Y todo esto, se reduce a decirte que te amo.
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