Translate

YOU SHOULD'VE KNOWN...

YOU SHOULD'VE KNOWN...

Todo esto está en mi mente.

Is it over now?

 No se muy bien como empezar a escribir esto. La realidad es que no me lo esperaba para nada pero a la vez una parte de mí sabía que sucedería en algún momento.

Trato de buscarle explicación pero ninguna me llega a conformar lo suficiente para controlar mi ansiedad. 

En estos momentos lo único que me pregunto es: ¿Por qué? ¿Qué necesidad había? ¿Por qué lloramos una consecuencia cuando, sabiendo que podía llegar a ocurrir, la buscamos igual?


No hay palabras que puedan llegara a calmar mis pensamientos. Son como oscuros en su mayoría. Y comienzo a creer que nunca conocí a la otra persona del todo. Y eso que mostré de mí mis partes más oscuras. Pero, a veces, mostrar todas nuestras miserias no significa que la otra persona lo haga de igual forma. 

Aún tengo muchos recuerdos respecto a todo lo que ha sucedido en el último año y medio. Muchas veces creí que era el vínculo que siempre soñé cuando era adolescente y mis pensamientos en lo único que se basaban era en romantizar novelas de John Green. Pero tenemos cuentas por pagar, responsabilidades, estrés laboral y una falta de comunicación que hace que las cosas no sean tan de novela.

Comencé a creer que todo podía ser diferente pero con el tiempo el pensamiento recurrente que tuve fue, y si yo no lo genero, ¿entonces quien? Esa pregunta fue recurrente en mi cabeza una y otra vez. A la par, toleraba situaciones que dentro mío no las quería volver a vivir. Porque como te lo he contado muchas veces, he tenido experiencias con respecto a muchas cosas en diferentes vínculos, y esto era lo que más me alejaba de una persona.


Muchas veces me preguntabas -y hasta te enojaba- por qué mi primer respuesta a cualquier situación de desencuentro fuera huir. Y muchas veces te dije que para mí, la cosa más valiente que hice en mi vida, fue huir de situaciones que no quería vivir.

Solía pensar que mi lugar iba a ser a tu lado, pero con el tiempo no entendí en qué página estábamos. Retrocedíamos y avanzábamos una y otra vez. Pero el lugar de partida siempre era más cercano al de llegada. Y nuestra historia se volvía cíclica respecto a esto.

No se qué más decir respecto a esto, al menos me quedo con todo lo lindo que ha sucedido: nuestra primera cita viendo la película del Eras Tour, nuestro viaje a Toledo, nuestros días de playa en Alicante, nuestro paseo en bicicleta en Valencia, nuestro primer concierto juntos viendo a Taylor Swift en vivo, nuestras cenas -en especial aquella donde fuimos a un restaurante secreto y tocaban el saxo en vivo-, nuestras primeras vacaciones juntos en Grecia: recorrer Atenas, nuestra anécdota en Santorini respecto al hotel, nuestro apartamento en Mykonos junto con los gatos que adoptamos esos días, el viaje en barco en Mykonos y tirarnos al mar mediterraneo agarrados de la mano, nuestro concierto a Cigarettes After Sex, caminar por las calles de Londres cantando en sintonía "London Boy" de Taylor Swift y muchas cosas más que seguramente en estos momentos me esté olvidando pero los llevo grabados en mi corazón.


Ojalá hubiera sido mejor pareja como para que todo lo que te llevó a hacerlo, no lo hayas hecho.

Ojalá me hubiera cruzado por tu cabeza en algún momento cuando estabas yendo a ese lugar.

Ojalá hubieras tenido la confianza suficiente para conmigo, como para contarme cualquier cosa.

Ojalá hubiera sido tu lugar seguro donde apoyar tu cabeza cuando te sientas inseguro.

Ojalá hubiera sido el abrazo que necesitabas cuando tus dudas entraban por tu cabeza.

Ojalá esto no hubiera terminado.

 Escribo esto desde el trabajo porque mi cabeza no para de pensar cosas. Todas negativas.

Hay una parte de mí que quiere alejarse de todos, porque no se siente valorado en absoluto. Y es como que no importa cuando una persona se está desmoronando, nadie paralizará algún momento del día para salvarte. 

Muchas veces pensé que las palabras tenían significado cuando van acompañadas de una actitud que se condice con lo dicho.

Pasa el tiempo y noto actitudes de parte de muchas personas que no me gusta y no quiero para mi vida.

Los últimos días conté como me sentía y lo único que logré fue sentirme incomprendido, juzgado. Y es una mierda sentirse así. 


Mi vuelta a Argentina a ver a mis amigos y familia es un hecho que no puedo dejar de pensar. Y sinceramente hoy mismo tiraría todo a la mierda para irme lejos de toda esta situación. Alejarme de todos. Absolutamente todos. 

Y no quiero jugar a victimizarme, pero realmente no entiendo por qué algunas personas fingen que les importa cuando no les importa en lo absoluto. Y te dejan solo en esta situación.

No quiero volver a lo mismo de siempre pero no encuentro otra alternativa más que la de siempre, correr lo más rápido que pueda de esto. Y no volver jamás.

Espero no sea tarde para algunas personas darse cuenta que sucede.



Buscando esa estabilidad

Las últimas semanas me estuve replanteando demasiado respecto a la manera de vincularme y qué obtengo de ellos. Es como que tengo dentro un sentimiento de que muchas veces doy más de lo que recibo de parte de las demás personas. Y no se muy bien por qué sigo haciéndolo.

A veces siento que muchas de mis amistades no han sabido ser lo suficientemente recíprocas respecto de muchas formas de ayudarlos que tuve, y no es que yo lo haga para obtener un feedback de parte de ellos, sino que cuando me encuentro en mi habitación con mi música, pensando en todo lo que me sucede, identifico que ellos probablemente nunca harían lo que yo he hecho por ellos. Ni un mínimo. Podría mencionar al menos 5 amigos a los cuales he ayudado en cuestiones importantes de su vida, ayudándolos a conseguir una estabilidad que hoy tienen, y nunca he recibido lo mismo. Y lo más triste, es que sé que no lo espero.


Los vínculos y la forma de vincularme siempre fue un tema que me quitaba el sueño. Es algo que me gusta pensar e identificar ciertos aspectos de mi personalidad en ellos. Muchos cambiaron, otros no.


Por otro lado, estoy en un momento de mi vida en el cual tengo más responsabilidad respecto de muchas cosas en el trabajo. Y aunque se que económicamente me es significativo, ya que a tan sólo un año de haber llegado a esta ciudad y país, gano más que la media de la gente, hay algo en mí que no entiende hasta que punto este "sacrificio", que siempre creí debía hacer para luego disfrutar de ciertas cosas, sea necesario. Los últimos días, a pesar de no poder dormir lo suficiente y tener mucha presión, volví a tener bruxismo como cuando estaba a pocos meses de irme de mi país. 

Body talks, digo siempre, y sí que lo hace, a través de esta tensión enorme que siento. Y no se siente para nada bien.


Los últimos días he estado buscando muchos vuelos a Argentina para ir a visitar a mis amigos y familia. No se cuando podré hacerlo, ya que no dispongo de suficiente tiempo en realidad. Pero me hace ilusión imaginar cómo sería un reencuentro con mis seres queridos. Los extraño muchísimo. Y aunque aquí esté acompañado, siempre hay una parte de mí que extraña ese calor. 

Estar tirado en un sofá apoyando mi cabeza sobre las piernas de Hernan, mis charlas extensas sobre la vida con Gaby, ponernos al día y reirnos de manera descabellada con Pía, hacer chistes con palabras inventadas con las chicas, abrazar hasta no sentir la respiración con Ludmila... ver a mi sobrino con su misma sonrisa pícara queriéndote enseñar cosas, mis hermanos, padres. 

Muchas veces me replanteo si la decisión que tomé fue la correcta o no. Y, aunque sepa que estoy en un momento de estabilidad en mi vida, muchas veces extraño esas pequeñas cosas que tenía a diario. La vida no es lo mismo sin esa parte mía, porque muchas veces cuando estoy aquí, siento que no soy yo. Porque me falta mi humor y del otro lado alguien que lo entienda. Porque necesito esa complicidad para contar con alguien y terminar en cualquier lugar a cualquier hora. Porque extraño el Malbec que nos tomábamos mientras reíamos de las mismas anecdotas de siempre. Porque no queríamos convencer a nadie de que éramos el mejor vínculo que habíamos conocido, porque así lo era.

Y aunque aquí tenga personas que conozco hace tiempo ya, sé que nunca fue del todo el mismo vínculo que tenía con ellos. Y nunca lo va a ser. Una parte de mí sabe que no. Y entonces me digo a mí mismo de que quiero conocer gente aquí, conocer otra cultura, no cerrarme a encontrar un grupo de amigos como el que encontré cuando recién había llegado a Rosario. Ojalá lo encuentre, supongo es una de las cosas que más anhelo al respecto.

Como decía, estoy pensando mucho en visitar Argentina. No sé aún cuando. Debo admitir que me da un poco de miedo, porque tal vez este deseo se intensifica y quiero regresarme. Como le pasó a una compañera del trabajo que fue luego de 5 años a visitar a sus amigos y familia a Argentina y cuando volvió había decidido que quería estar allí siempre. Y aunque todavía está aquí este mes, ya ha empezado a planear en cosas allí. Como adoptar una mascota. O trabajar en ciertos lugares. ¿No es acaso esa ilusión lo que nos hace movernos constantemente? Siento que la última vez que la tuve fue cuando decidí irme de mi país, sin tener mucha noción de lo que hacía y del desafío que ello significaba. Pero aún así, no lo pensé mucho y lo hice.


Falta poco para que se termine el año, ya otro año, y espero todo esto se esclarezca de la mejor manera. Porque ese sentimiento de que aún no estoy satisfecho con mi vida no es para nada bonito.



Rami

Casi un año de haberme mudado a Madrid

 Han pasado muchos meses desde la última vez que escribí en este sitio. Pero esta semana me he comprado nuevamente una laptop y estoy intentando volver a mis días de estar en casa con mi música y escribir acerca de todo lo que está sucediendo.


Estos últimos días estuve pensando muchísimo acerca del último año, ya que en unos días se cumple un año de haberme mudado a Madrid. Una de las decisiones más arriesgadas que tuve alguna vez. No sólo porque nunca había estado aquí, sino también porque fue una de las pocas decisiones que tomé y realicé solo. Todo dependía de mí y eso fue una situación sumamente formativa para mi mismo y, también, para mi seguridad personal.

Me costó unos meses adoptar a Madrid como mi ciudad, pero cuando comencé a hacerlo empecé a no creer estar viviendo aquí. Es como esa sensación agridulce donde por momentos pesa el extrañar a los tuyos pero luego sabes que es la mejor decisión que alguna vez tomaste. Sus calles te llenan de orgullo y la libertad con la que se puede estar es algo que destaco siempre. 

Reconozco también que la experiencia no hubiera sido de la misma forma si no hubiese conocido ni enamorado de un madrileño. Si bien todo lo simulo con humor -como siempre- la forma en que compartimos momentos y nos compartimos nuestras culturas se enlazan de una manera tan peculiar que siento cada vez más que estoy viviendo algo irreal. Hermoso, pero irreal.

Qué raro es haber estado lastimado tanto tiempo como para pensar que cuando alguien te trata como te mereces, debe ser irreal. Y ahora estoy jugando a viajes sorpresa donde no se el destino pero mi única preocupación es saber si el equipaje que voy a llevar va a ser suficiente. U organizando vacaciones de verano a Grecia para enseñarte todo lo que conocí en 2016 cuando fui por primera vez. 


Lejos quedó mi versión que esperaba lo mínimo de la otra persona y pensaba que aguantar situaciones que no corresponden era lo indicado. No lo es. Y cuando el tiempo de dos no es el correcto, se nota.

De todas formas no quiero hablar de eso. Sólo dejo que el tiempo acomode todo mientras me tomo una copa de vino blanco (verdejo) con mi chico. 


Muchas veces pienso que todo esto pasó tan rápido y no puedo creer que ya haya pasado un año, haber visto a mi hermana por primera vez en Europa y haber hecho un trip por Italia y Francia fue una cuota de energía perfecta. Sigo pensando, ¿es esto real? 

Vivir con mi mejor en el mismo departamento, tener a mi perro conmigo en todo este proceso de cambios, tener amigos en la ciudad y que el trabajo que tengo me guste lo suficiente como para que quiera seguir estando aquí. Pero sobretodo, sentirme valorado de manera positiva con mi novio, mis amigos, mi familia y el trabajo es fundamental.

A veces no dimensionamos lo importante que es tener un red de vínculos donde poder sentirse contenido ante situaciones como estas. De cambios. De toma de decisiones. De enfrentarse a nuestros peores miedos. 


Finalizo diciendo lo agradecido que estoy de la decisión que tomé un año atrás, dejando de lado toda la incertidumbre y desidia que se vivía estando en una relación que no era equitativa en lo absoluto. A veces debemos ser egoistas y tomar decisiones en pos de nuestra salud mental. De nosotros mismos.


Rami

mi primera fría navidad lejos de casa

 Madrid, 25/12/2023



Estoy pasando por un momento en el cual todo viene en flashes a mi cabeza, una y otra vez. Es como un caleidoscopio de emociones que muchas veces me generan miedo, pero por momentos me generan unas ganas enormes de saltar al vacío de una gran decisión.

Por momentos siento que no encuentro el momento justo para detenerme y pensar-me acerca de todo lo que fue sucediendo durante estos meses en mi vida. Y realmente creo que lo necesito. 

Todo pasó tan rápido que cuando quise recordar todas las cosas que habían cambiado, me di cuenta que no las recordaba en absoluto. Y aún asi siento que ciertas cuestiones aún me hacen ruido respecto a todo. A mí mismo. A como me veo en estos momentos y cómo me siento.

El viejo amor que sentía se fue desvaneciendo incluso antes de terminar la relación. Y si bien no estoy orgulloso para nada con la forma en la cual se terminó, creo que fue necesario y el escaparate que encontré para alejarme de algo que me estaba haciendo muy mal y apagando de una forma descomunal. Tal vez los demás no lo hayan visto así, pero yo que me conozco sé que estar en esa situación sólo me llevaba a explorar lugares oscuros de mí mismo.

El tiempo pasó y realmente me olvidé por completo por qué era que tome ciertas decisiones cuando estaba en esa relación. De muchas me arrepiento. Pero no sirve de nada pensarme a mí mismo como que me equivoqué con decisiones que tomé hace un año atrás y hoy en día no puedo cambiar. Debo superar ese sentimiento y dejarlo ir. 


Llegar a una nueva ciudad que no conocía antes, la más grande que viví alguna vez, me hizo sentir muchas veces que estaba solo en esta aventura nueva. Y no me equivoqué, sí que lo estaba. 

Pasaron noches y momentos en los cuales todo lo que deseaba era poder sobrellevar este proceso de cambio de la mejor manera. Lo deseaba profundamente. Y volví a tomar decisiones que sentía eran las indicadas en ese momento. Muchas de ellas me llevaron a estar hoy donde estoy.

Y estoy escribiendo todo esto porque se termina el año y necesito hacer en mi cabeza un recap de todo lo que viví. Si bien no tengo muchas ganas dentro mío de revolver cuestiones de cuando viví en Italia, ya que sinceramente siento que estaba en mi peor momento. Viví muchos duelos juntos en un mismo tiempo y lugar y estaba completamente solo para vivirlos. 

Llegar a Madrid me hizo sentir cosas que antes no había sentido. Confirmé que podía llegar muy lejos solo con mucho trabajo duro. Y, empecé a decir que sí en vez de no a muchas cosas. Conocí a alguien que me hace sentir especial y brand-new. Es como una mezcla de cosas que siento que siempre quise vivir de más joven pero las estoy viviendo ahora que tengo las cosas más en claro dentro mío.

No niego que me siento muy ilusionado con compartir cosas nuevas con vos. Despertarme y ver que estás a mi lado me hace sentir muchísimo placer. Y despertarme a mitad de la noche para abrazarte por la espalda y darte un beso, mientras estás "sobado" y no te enterás de nada. Y realmente quisiera que te enteres de todo lo que estoy sintiendo por vos.

Nuestra primera navidad juntos fue algo dulce y cálido para mí. Me hiciste vivirla de otra forma y la forma en que jugamos a diferentes juegos donde la complicidad que generamos muchas veces siento que es única, es todo lo que quiero seguir viviendo.

Y tengo entusiasmo porque sé que se vienen cosas nuevas y compartirlas con vos me parece algo increíble. Estoy pensando a dónde viajaremos cuando viajemos por primera vez juntos. Te lo acabo de preguntar y me hace ilusión pensar conocer lugares nuevos juntos. Tomarte fotos mientras estas distraído. Probar comidas nuevas. Crear playlists que representen el mood de ese lugar nuevo. Comprar algún recuerdo que luego nunca usemos. Y muchas cosas más.


En cuestión, este 2023 fue completamente de cambios y duelos. 

Pero sin pensarlo y sin buscarlo, el agua se llevó cualquier rastro de mí que no me agradaba y la sequía desapareció. 

Sin pensarlo y sin buscarlo, apareciste vos. 

Y me atrevo a decir que sin pensarlo y sin buscarlo, te quiero



Rami


Ramiro Celecia team. Con la tecnología de Blogger.